San Alipio y Posidio
El recuerdo de los santos Alipio y Posidio está íntimamente unido, como religiosos y obispos, a la figura de san Agustín. Son los dos representantes más cualificados de la herencia agustiniana.
Agustín habla de su amigo Alipio con admiración. Aunque distanciados por la edad, juntos vivieron una juventud azarosa, juntos recibieron el bautismo el 25 de abril del año 387 y también Alipio rigió una diócesis de África. El año 394, cuando Agustín era todavía sacerdote, fue nombrado obispo de Tagaste, pueblo natal de ambos.
Ya obispo, viajó varias veces a Roma, llevando libros de Agustín al Papa Bonifacio. Probablemente murió el 430, el mismo año del fallecimiento de san Agustín. La relación de Posidio con Agustín data, al parecer, de los tiempos de la fundación del primer monasterio de Hipona. Allí vivió hasta que, alrededor del año 400, ocupó como obispo la diócesis de Calama, ciudad de Numidia.
Posidio, Alipio y algún otro obispo, fueron los grandes apoyos de Agustín en su defensa tenaz de la Iglesia católica. Posidio participó en diferentes Concilios y en los años 409 y 410 se le encomendaron misiones oficiales ante el emperador Teodosio II.
Al ser devastada Calama por los vándalos, se retiró a Hipona al lado de su amigo Agustín. Pudo acompañarle en el trance de la muerte y se convirtió así en el primer biógrafo del obispo de Hipona. Regresó a Calama después del incendio de Hipona, pero al oponerse a Genserico, que pretendía imponer la fe arriana en sus dominios, fue expulsado de su sede. La muerte del obispo Posidio se suele situar hacia el año 437.
El culto de estos dos máximos representantes de la herencia monástica de san Agustín fue confirmado por el Papa Clemente X en 1672.