El primer apostolado del Agustino recoleto es su propia comunidad, ya que conservar la unidad es de por sí una tarea delicada. Pero además, el Agustino Recoleto vive y se conecta con la situación y el momento que viven los demás, está atento a las necesidades es sensible a los problemas actuales. En virtud de esta disponibilidad ejerce la tarea que se le indique en bien de la Iglesia con decisión, alegría, disponibilidad y responsabilidad.
Los Agustinos Recoletos ejercen su apostolado en más de 209 parroquias, 50 centros educativos educando más de 82.000 estudiantes, es la responsable de la evangelización en 8 territorios de misión, ubicados en siete países diferentes: Brasil, Colombia, China, Cuba, Perú, Panamá, Taiwán y Sierra Leona.
La orden cuenta con La Red Solidaria Internacional Agustino Recoleta ARCORES, el instrumento solidario de la familia Agustino recoleta. Tiene como misión despertar, alentar y acompañar el espíritu misionero, de justicia y de solidaridad universal propio de la Iglesia y del carisma Agustino Recoleto. Sueña -es su visión- con un mundo libre de pobreza en el que prime la promoción de los derechos humanos -económicos, sociales y culturales-, la justicia social, la solidaridad, la paz y la integridad de la creación por encima de otros intereses económicos y/o políticos.
La Orden está estructurada jurídicamente en cuatro provincias: San Nicolás de Tolentino, Nuestra Señora de La Candelaria, Santo Tomás de Villanueva y San Ezequiel Moreno.
Los religiosos Agustinos Recoletos presentes en Colombia, Panamá, República dominicana, Guatemala y España pertenecemos a la Provincia Nuestra Señora de la Candelaria fundada en 1663. Una Provincia es el conjunto de religiosos y casas de la comunidad en determinada región y regiones del mundo. El apostolado de la provincia de la Candelaria se desarrolla en cinco frentes: formación de religiosos, colegios, parroquias, misiones y centros de culto
FORMACIÓN
La Formación es un proceso que abarca todos los aspectos de la vida del religioso y que parte de una formación inicial que tienen cinco etapas:
- Aspirantado: es la etapa de conocimiento y primer discernimiento externo a la comunidad con el fin de optar o no por ingresar al seminario.
- Postulantado: Experiencia de la vida comunitaria en el seminario y de estudios filosóficos. Tiene una duración de tres años que se llevan a cabo en el Seminario Mayor San Agustín, en la ciudad de Manizales.
- Noviciado: cuya finalidad es clarificar la decisión de hacerse religioso mediante la profesión de los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia). El noviciado tiene una duración de un año el convento Nuestra Señora de la Candelaria en Ráquira, Boyacá.
- Teologado: se profundiza la vida comunitaria, de oración y apostolado a la vez que se realizan estudios en teología, culmina con la profesión solemne o definitiva y, si es el caso, con la ordenación sacerdotal. Tiene una duración de cinco años incluido uno de experiencia pastoral y comunitaria en alguno de los ministerios de la Provincia. Los estudios teológicos se realizan en nuestra universidad UNIAGUSTINIANA.
- Formación permanente. Desde la profesión solemne o la ordenación sacerdotal, el religioso debe estar continuamente formándose espiritual, humana e intelectualmente para dar razón de su fe en un mundo de constantes cambios y alimentar continuamente su opción vocacional.
MISIONES
Nuestra comunidad ha sido misionera desde sus orígenes; en Colombia incluso con la heroicidad de mártires como es el caso de Urabá en 1633. Desde 1662 y hasta la fecha atendemos las misiones en Casanare, hoy a través del Vicariato Apostólico de Trinidad. Son centros misioneros las poblaciones de Orocué, Trinidad, Bocas del Pauto y Bocas del Toro Panamá.
Los agustinos recoletos enseñan, instruyen, evangelizan y catequizan para hacer discípulos de Cristo, sin limitarse a transmitir información doctrinal y teológica, sino que forman a los creyentes para que ellos mismos sean misioneros y se conviertan en agentes de evangelización en la fe y la caridad.

EDUCACIÓN
A ejemplo de Jesús, quien enseña con su palabra y su vida el mensaje de Dios, los Agustinos Recoletos formamos la niñez y la juventud a través de doce instituciones educativas, siente colegios en Colombia y la universidad UNIAGUSTINIANA, un colegio en Madrid (España), uno en san Cristobal (República dominicana), uno en Costa del Este (Panamá), y uno en Mixco (Guatemala). Se ofrece una formación integral en las ciencias la construcción de la persona humana y el amor al Evangelio.

PARROQUIAS
Son 13 parroquias en varias ciudades de Colombia: Cartagena, Medellín, Manizales, Pasto, Cali, Palmira, Bucaramanga, Yopal, Paz de Ariporo, Bogotá, cuatro parroquias en República dominicana, cinco en Guatemala, tres en panamá y cuatro en España.
En este apostolado los Agustinos Recoletos contribuimos a la evangelización desde nuestro carisma y la cercanía con los fieles. Fomentamos los movimientos infantiles, juveniles, de catequesis, nueva evangelización y otros; motivamos la vivencia de la liturgia como lugar preferencial del encuentro con el Dios vivo y ejercemos la caridad en favor de muchos, todo en unión con las correspondientes diócesis.

CENTROS DE CULTO
Se trata de lugares de peregrinación y fuerte devoción cristiana. La Provincia de la Candelaria en Colombia regenta dos conventos, un templo y un santuario: Nuestra Señora de la Candelaria en Ráquira, Boyacá; Santa Cruz de la Popa en Cartagena; templo de la Candelaria en el centro de Bogotá y santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Manare en Paz de Ariporo.
Para conocer
Fundación San Ezequiel Moreno: Se trata de una institución dedicada a la atención de enfermos graves de bajos recursos cuyo objetivo es llevarles amor cristiano, alimento y otros recursos materiales. La obra fue fundada por el Agustino Recoleto Sebastián López de Murga en 1976 y lleva el nombre de un santo agustiniano. Actualmente es dirigida por las religiosas Agustinas Recoletas de los Enfermos.

Una curiosidad…
El hábito es una prenda de vestir propia de algunas comunidades religiosas y como su nombre lo indica es para uso frecuente. Se trata del signo exterior de nuestra consagración interior y si bien “el hábito no hace al monje”, si lo identifica.
Nuestro hábito es de color negro y consta de tres partes: túnica, correa y capilla que nos recuerdan la consagración total a Dios en pobreza, castidad y obediencia. El color negro nos recuerda que debemos morir al pecado y vivir para Dios. La correa es signo de ceñirnos al amor de Dios y la protección de la Santísima Virgen María, que según una tradición la entregó a Santa Mónica, madre de san Agustín, consolándole por los extravíos de su hijo. La capilla, parte superior con capucha, nos recuerda que nuestra voluntad está sometida a la de Dios y la túnica que nuestra única riqueza es Cristo y nuestra comunidad.