Las fraternidades seglares agustino-recoletas son un don de Dios para la Iglesia y para la Orden. Comienzan, como toda vocación, a través de mediaciones humanas, normalmente por iniciativa de un religioso que, impulsado por el deseo de compartir lo que vive, invita a las fuerzas vivas de la comunidad local a conocer y vivir la espiritualidad recoleta.
La fraternidad es vida compartida. Las reuniones de fraternidad son encuentros de familia, de hermanos y hermanas, de personas que quieren vivir el evangelio al estilo de San Agustín y los Recoletos; son los momentos más significativos de la vida de la fraternidad.