Las fraternidades seglares agustino-recoletas son un don de Dios para la Iglesia y para la Orden. Comienzan, como toda vocación, a través de mediaciones humanas, normalmente por iniciativa de un religioso que, impulsado por el deseo de compartir lo que vive, invita a las fuerzas vivas de la comunidad local a conocer y vivir la espiritualidad recoleta.
La fraternidad es vida compartida. Las reuniones de fraternidad son encuentros de familia, de hermanos y hermanas, de personas que quieren vivir el evangelio al estilo de San Agustín y los Recoletos; son los momentos más significativos de la vida de la fraternidad.
Su importancia requiere que sean frecuentes, de al menos cada quince días. El objetivo de cada reunión es muy variado, puede ser de formación, encuentro espiritual, planeación, esparcimiento, evaluación. No deben faltar en una reunión cuatro elementos: oración , formación , apostolado y fraternidad . El acento se pondrá en uno u otro elemento, según el objetivo concreto.
- La oración común reúne a los hermanos y hermanas en la presencia de Dios.Puede ser una oración preparada ex profeso para la ocasión, la eucaristía con homilía y cantos, o la liturgia de las horas.
- La formación permite a los hermanos/as profundizar en su vocación, espiritualidad, en su vida, humana y cristiana, evangélica y carismática. Puede ser una conferencia o la exposición de los temas del programa de formación; la lectura de un libro o una reflexión común.
- Las actividades apostólicas y caritativas se comentan en la fraternidad para que sean de todos y no asuntos personales. Las reuniones posibilitan la corresponsabilidad de todos en las tareas encomendadas a la fraternidad como tal. En ellas se programa, se realizan actividades o se evalúan; se reparte el trabajo o se ofrecen sugerencias sobre el mismo.
- La confraternización posibilita sentirse hermanos y hermanas realmente; vivir la unanimidad y concordia en Dios pedida por San Agustín. Puede consistir en estar juntos algún momento, compartir noticias, conocerse mejor, encontrase simplemente. También se puede compartir una merienda o refrigerio, o una comida en la que cada uno trae algo para ponerlo en común. Hay que cuidar la continuidad dinámica de las reuniones; debe ser un camino constante de revitalización.